Ciudades más habitables

En plena resaca de las elecciones europeas, tal vez viene bien hablar de cómo haremos que nuestras ciudades sean más habitables, algo sobre lo que la Unión Europea va a tener mucho que decir, sobre todo en un momento de transición global como en el que vivimos.

Un estudio de la London School of Economics (LSE) certifica que el 66% de los habitantes del mundo en 2050 residirán en núcleos urbanos. Otro similar realizado en España eleva ese porcentaje en nuestro país hasta el 88%.

El mundo está cambiando a toda velocidad, y el modelo de ciudad del siglo pasado, poco o nada integrador, está obsoleto. Los ingentes retos a los que se enfrentan las urbes del siglo XXI exigen un nuevo urbanismo que fomente el crecimiento económico, el empleo y la instalación de nuevos negocios, pero que al tiempo garantice la sostenibilidad y la reducción del consumo energético, la inclusión social, y la movilidad (peatonal, pública y verde) de sus habitantes.

Estos desafíos exigen formas distintas e innovadoras de abordar la regeneración urbana, que deben partir de la necesaria complicidad del sector privado, la ciudadanía y los grupos políticos para planificar las ciudades a largo plazo, con visión global y una dimensión metropolitana.

Uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos será la movilidad: a más población, más coches y más tiempo en trayectos. Los sistemas inteligentes de control de tráfico de las smart cities serán claves. También lo son la remodelación de los sistemas de transporte público, esenciales para reducir las emisiones. El trabajo en la llamada “última milla”, donde entra el impulso de las bicicletas y la peatonalización, es importante no solo para los flujos de tráfico, sino también para la salud de la ciudadanía y para la circulación de productos y servicios en la era del e-commerce.

Una calle más habitable es aquella en la que el sonido de una conversación no quede sepultado bajo los decibelios del tráfico, donde se pueda caminar sin estar pendiente de los obstáculos del suelo. Necesitamos construir ciudades más saludables y habitables, con entornos menos contaminados y movilidad más sostenible. Barrios de ciudadanos que no se sientan expulsados de sus vías, donde ser niño y disfrutar como tal no sea una misión imposible…

Estas complicaciones se podrían solucionar con una reinvención más profunda del espacio público. Es ahí́ donde emerge el modelo de la “ciudad de los 15 minutos” planteada en París por Carlos Moreno. Podemos estar ante un caso de éxito en sentido amplio, ya que esto no solo redunda en el diseño urbanístico de la ciudad, sino que lanza el mensaje del despertar colectivo hacia una mejora en la vida, en lo más cercano, en lo más próximo y cotidiano, que precisamente es lo que en los últimos tiempos ha sufrido un olvido reiterado en el diseño de las ciudades.

Las estrategias urbanas para hacer las urbes más vivibles y saludables, pasarían por entender el urbanismo y la movilidad como algo que requiere una pausa para pensar que ahora mismo no se da. Pero no podemos dejar de trabajar en propuestas que impulsen un profundo cambio estructural que reoriente los modelos de desarrollo urbano. Es necesario por tano, afrontar con decisión el reto de construir ciudades más inteligentes en cuanto a su base económica, su estructura sociolaboral y su gestión pública, pero también ciudades más habitables.

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