Candidatos y programas

Durante la campaña he asistido a desayunos con candidatos, a debates y leído programas para conocer un poco más a los que, de una manera u otra, van a intervenir en el gobierno, espero que no desgobierno de Galicia.

No sólo está en cuestión el inquilino de Monte Pío, sino algo más profundo: un nuevo modelo de sociedad y quien lo capitaneará. Galicia debe afrontar reformas urgentes que nos conviertan en un país más moderno, con educación de vanguardia, empresas que creen riqueza y servicios públicos de calidad. Y en este marco no todos proponen lo mismo.

Escuchando a alguno de los candidatos no dejo de pensar en lo que decía Bismarck de que “Lo increíble de España, es que con una clase política tan inepta, todavía exista el país”.

Cristina Losada es la apuesta de Ciudadanos. A su total desconocimiento de la realidad económica y política gallega se suma su incapacidad para presentar medidas concretas. Sus propuestas son tan generales que podrían servir tanto para La Rioja o Murcia como para Ceuta o Melilla. Plantea sin disimulo que sus opciones pasan por vender caro su apoyo para formar gobierno a cambio de una influencia política que los votantes no les van a conceder.

Tenemos también a Ana Pontón del BNG. Creo que es una buena candidata de futuro en un partido que no lo tiene y que busca seguir siendo lo que fue, y no volverá a ser. Parecen pretender lo mismo que Ciudadanos, obtener de otros lo que las urnas no les darán. Al menos hay que reconocer que ella si sabe que la mayoría en el Parlamento está en 38 escaños y no en los 46 o 47 como afirmaba Losada.

Seguimos con Leiceaga candidato del PSOE. Podría pasar a la historia por ganar unas primarias al aparato del partido en Galicia, incluido al todo poderoso Abel Caballero; y tal vez, por transformarlo de partido histórico, en comparsa de Mareas con seguramente los peores resultados electorales de la historia de la formación.

Las Mareas y Luis Villares son el binomio ideal. Un partido de vaguedades e ideologías sectarias y trasnochadas, y un juez convertido a político con deseos de pontificar desde la tribuna del Parlamento con una visión apocalíptica de la política gallega. A parte de una obsesión casi enfermiza por el Presidente Feijoo y por negar, entre otras cosas, a los padres el derecho a elegir el colegio que quieran para sus hijos, me encantaría saber cómo concretarán y financiarán las originales propuestas que anuncian.

Y ya por último nos queda el PP y el candidato Feijoo que busca repetir en el gobierno, con una tarjeta de presentación basada en los datos de crecimiento económico y por encontrarse, por su experiencia, en la mejor situación para dar respuesta a los retos que tenemos.

A los gallegos nos es de aplicación, lo que decía Eugenio D´Ors: los experimentos con gaseosa, porque para las cosas importantes queremos opciones serias y capaces y no experimentos. Mi amigo Benito afirma que con la edad uno tiene que volverse ateo de lo políticamente correcto, lo que me lleva a afirmar que lo que necesitamos es un gobierno serio y centrado, con una oposición que realice contribuciones con lealtad institucional, centrados todos en construir un gran país. Lo que sobran son aventuras inútiles.

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